He vivido tanto tiempo con ésta
condición, que ya no recordaba cómo era mi vida antes del diagnóstico... Cómo
empezar éste blog… Después de ver esa foto, regresé 23 años atrás… ¿Qué
pensaba? ¿Cómo me sentía? Era sólo una niña y con sólo 13 años empezaría a
vivir un nuevo duelo, el de la diabetes tipo 1… .Era insegura, temerosa e
introvertida; claro que toda mi vida cambió, me volví más fuerte y segura,
menos temerosa e introvertida y más independiente.
Todo empezó durante las primeras
semanas de vacaciones de verano, recuerdo perfecto que iba mucho a orinar; pero
después, durante nuestras vacaciones en Ciudad de México, era una sed
insaciable, como consecuencia… ir al baño a cada rato, al punto de no poder
aguantarme. Esto se repetía durante las noches, me levantaba mínimo 3 veces a
tomar agua y de ahí al baño o viceversa. De hecho, en un paseo que tuvimos al
Desierto de los leones; fuimos a hacer caminata y obviamente tuve un accidente
debido a la incontinencia. Ahora sé que a esto se le conoce como poliuria.
Cuando regresé de vacaciones mi
mamá se asustó, estaba más delgada de lo normal y además ojerosa; mi mamá notó algo más, yo tenía hambre!!!
…era malísima para comer y de repente, todo lo contrario. Con todo y la
infección en la garganta que tenía, el hambre no se me quitaba; lo único raro
de eso, era que estaba aún más delgada que antes. Además tenía un aliento
dulce, mi mamá lo describe como un olor a manzana.
Me parece que tuve buena suerte,
sí están leyendo bien, buena suerte en mi diagnóstico; el
médico con el que me llevó mi mamá fue muy acertado a la hora de valorarme y
enviarme a hacer estudios. Lamentablemente
no siempre es así, muchas veces los síntomas se confunden con deshidratación u
otros padecimientos, incluso por los propios médicos. Aun así, la noticia que
acompañó al diagnóstico, cambió para siempre mi vida…